No Temas Mostrarte Tal Cual Eres Delante Del Señor
- Luis Bernier

- 19 jul
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 3 sept

“Sí, los odio con todas mis fuerzas…” (Salmos 139:22).
Así se expresó el rey David cuando, como cualquier ser humano, estaba profundamente molesto y frustrado por aquello que pudiera estar viviendo. David observaba cómo la gente vivía en desagrado hacia Dios. Escuchaba la manera vil en la que se expresaban, y tal situación le frustró tanto que llegó a sentir odio en su corazón y a desvalorizar la vida de los habitantes de aquel lugar al desearles la muerte.
Por tanto, nosotros no somos la excepción. También viviremos momentos en los que nuestras emociones y pensamientos se verán comprometidos de manera tal que nos lleven a obrar contrario a lo que el Padre espera de alguno de sus hijos.
¿Cuántos de nosotros, influenciados por los deseos de la carne, hemos actuado de manera negativa y hemos sido corrompidos? ¿Cuántos de nosotros hemos perdido el dominio propio y hemos sucumbido al pecado? De cierto, no espero que escribas en la caja de comentarios una aceptación de falla, pero sí que puedas reconocer tu realidad y debilidad ante las presiones de este mundo, y que puedas identificar tu fortaleza, la cual proviene de Dios.
Debemos entender, de una vez y por todas, que Satanás es un experto en hacer caer al hombre y luego hacerlo sentir de manera tal que no quiera volver a Dios.
Así lo hizo con Adán en el paraíso. Todos conocemos que, luego de que fue influenciado a hacer lo contrario a lo ordenado, se ocultó al darse cuenta de que había pecado (Génesis 3:8 NTV). Y esa es la forma errada que muchos adoptan cuando fallan (cuando pecan): tienden a ocultarse y a no mostrarse, debido a que los consume la culpa, la vergüenza y el sentirse sucios e indignos para ser recibidos por el Padre.
Es por esto que debemos analizar la reacción de David conforme al escrito que nos hereda en este Salmo 139. Si buscas en la Biblia y comienzas a leer, percibirás una relación íntima entre él y Dios, que brota en cada palabra escrita.
“Oh Señor, has examinado mi corazón y sabes todo acerca de mí…” (Salmo 139:1).
El rey David reconoció la omnisciencia de Dios y su soberanía. Él tenía la certeza de que toda cosa guardada en su corazón estaba al descubierto ante los ojos del Eterno. En este salmo, David comienza a declarar el conocimiento magno que nuestro Creador tiene de nosotros. Y más allá de correr a ocultarse y buscar esquivar a Dios por no mostrar su suciedad, David corrió al encuentro del único que podía limpiarlo. David reconocía que no había lugar donde él pudiera ocultarse de Su Presencia.
Allí, en Su presencia, manifestó conocimiento de la amplitud del Todopoderoso. Y le hablaba y le decía:
“¡Jamás podría escaparme de tu Espíritu! ¡Jamás podría huir de tu presencia! Si subo al cielo, allí estás tú; si desciendo a la tumba, allí estás tú. Si cabalgo sobre las alas de la mañana, si habito junto a los océanos más lejanos, aun allí me guiará tu mano y me sostendrá tu fuerza. Podría pedirle a la oscuridad que me ocultara, y a la luz que me rodea, que se convierta en noche; pero ni siquiera en la oscuridad puedo esconderme de ti…” (Salmo 139:7-12).
El conocimiento íntimo que David tenía de Dios lo llevaba a postrarse y abrir su corazón, por lo que no tuvo miedo de mostrarse tal cual era.
En mis años pastorales, he podido conocer muchos casos de jóvenes y adultos que se detienen en el camino y prefieren no volver a Dios por miedo a ser juzgados. Almas que fueron maltratadas en comunidades de fe, y más allá de acercarlos a la cruz, los alejaban al punto de ocultarse. Llegué a escuchar a muchos decirme: “Pastor, cuando deje de pecar, entonces voy a la iglesia”, a lo que les respondía: “Ven a la casa de Dios aunque hayas cometido el peor de los pecados”. Un joven adulto llegó a la iglesia y me dijo: “Pastor, en mi adolescencia cometí un crimen. Aún estoy cumpliendo con la sociedad. Y puedo entender si usted no permita que venga a esta iglesia”. Recuerdo que lo abracé y le dije: “Hijo, desde hoy, esta es tu casa”.
¿Quiénes somos nosotros para juzgar al prójimo y condenarlo? ¿Acaso nosotros morimos en la cruz?
Cuando la mujer que fue sorprendida en el acto del adulterio iba a ser apedreada, fue llevada delante de Jesús, y los fariseos, buscando un motivo para denunciarlo por transgresión, le dicen:
“La ley de Moisés manda apedrearla; ¿tú qué dices?” Y Él les respondió: “¡Muy bien, pero el que nunca haya pecado, que tire la primera piedra!” (Juan 8:7 NTV).
Esta respuesta magistral fue una que los confrontó con la verdad y los encaró con la conciencia, teniendo como resultado que nadie lanzara una piedra. Cuando ya todos se marcharon del lugar, Jesús le dice a la mujer:
“¿Dónde están los que te acusaban? ¿Ni uno de ellos te condenó? …Yo tampoco te condeno” (Juan 8:10-11 NTV).
Por tanto, vuelvo y pregunto: ¿Quiénes somos nosotros para condenar al prójimo?
Hermano, no temas en mostrarte tal cual eres delante del Señor. Ven con tus dudas, con tus miedos, con tu historia tal cual es, sin secretos. Ven con el corazón arrepentido, y Él no te va a despreciar jamás (Salmo 51:17). Él te va a recibir con los brazos abiertos.
No temas en mostrarte tal cual eres delante del Señor y ven al encuentro con el Padre y dile:
“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce los pensamientos que me inquietan. Señálame cualquier cosa en mí que te ofenda, y guíame por el camino de la vida eterna” (Salmo 139:23-24).
Amén.




"Y más allá de correr a ocultarse y buscar esquivar a Dios por no mostrar su suciedad, David corrió al encuentro del único que podía limpiarlo." Esta parte del escrito me voló la cabeza. Y asi es. Porque correr a ocultarnos de Dios cuando fallamos y caemos si El es el unico que nos puede ayudar a levantarnos. Excelente escrito. Le felicito.🤩
Muy buena enseñanza.
Nos invita a meditar en cuan grande es el amor de Dios. Ese amor perfecto qué nos cubre en todo, nos sana, nos liberta y nos lleva a vivir una vida de intimidad y amistad con nuestro padre.
Una verdad que hace reflexionar! Muy buen artículo. Quien somos pasa juzgar?
Este contenido debería de hacerse viral. La aplicación del amor y misericordia del Padre para con nosotros lo es todo. Amemos más señalemos menos y si lo hacemos hagámoslo con amor ❤️🔥
“…cabalgo sobre las alas de la mañana“ que linda poesía, no había caído en cuenta antes. Gracias.
Y si, que paz poder sabernos sin caretas ante El Padre 😌🙌🏽